La avispa asiática o el mosquito tigre se han convertido en un grave problema para el medioambiente al desplazar otras especies autóctonas
Las especies invasoras representan una de las principales amenazas para la biodiversidad y los ecosistemas a nivel global, siendo consideradas la segunda causa de pérdida de biodiversidad según el MAGRAMA (2015). Estas especies, como la avispa asiática y el mosquito tigre, alteran las cadenas tróficas, desplazan a las especies autóctonas y provocan desequilibrios ecológicos significativos. En España, se estima que más del 50% de las especies exóticas introducidas tienen efectos negativos en el entorno natural y en la salud pública.
En el caso de la avispa asiática, su capacidad para depredar abejas melíferas afecta directamente la polinización, un proceso esencial para la reproducción de numerosas especies vegetales y para la producción agrícola. Por otro lado, el mosquito tigre no sólo impacta en la salud pública como vector de enfermedades, sino que también altera los hábitos de las comunidades al generar alarmas sociales y costos sanitarios elevados.
El impacto económico de estas especies es también alarmante. Los costos asociados al control de especies invasoras en Europa se estiman en miles de millones de euros anuales, incluyendo las pérdidas en sectores como la agricultura, el turismo y la sanidad. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAGRAMA), en España, las acciones de control para especies invasoras han implicado un incremento sustancial en los presupuestos públicos y privados destinados a la conservación ambiental.
Avispa asiática: una de las principales especies invasoras en España
La avispa asiática (Vespa velutina), originaria del norte de la India, constituye una de las especies invasoras más preocupantes en la península ibérica. Introducida accidentalmente en Europa a través del comercio internacional, se detectó por primera vez en España en 2010. Desde entonces, su expansión ha sido constante, afectando gravemente a la biodiversidad y, en especial, a la apicultura. Según el documento de estrategias de gestión del avispón asiático publicado por el MAGRAMA (2015), esta especie depreda masivamente abejas melíferas, reduciendo hasta un 30% las colonias en áreas afectadas, lo que compromete la polinización de cultivos y el equilibrio ecológico.
Los nidos de Vespa velutina, que pueden alcanzar hasta un metro de altura y albergar más de 1.500 individuos, son construidos principalmente en las copas de los árboles o estructuras urbanas. Este comportamiento dificulta su localización y eliminación. Además, el impacto económico es significativo: en Francia, las pérdidas apícolas atribuidas al avispón han alcanzado hasta un 30% de las colonias en zonas altamente invadidas. La depredación masiva afecta no solo a la producción de miel, sino también a la salud de las colmenas, lo que agrava la crisis de los polinizadores en Europa.
Para combatir esta amenaza, Lokímica, empresa líder en sanidad ambiental, desarrolla estrategias de control basadas en las recomendaciones internacionales. Entre sus métodos destacan la destrucción controlada de nidos, llevada a cabo por equipos especializados, y el trampeo de reinas, una medida crucial para prevenir la formación de nuevos nidos. El trampeo se realiza en primavera, si bien hay especialistas que también lo aconsejan en otoño, cuando las reinas salen del nido secundario para esconderse. En general, hay también lugares donde los trampeos se realizan siempre que los nidos estén activos, es decir, entre finales de marzo y final de otoño. De este modo se captura también a muchas obreras y se reduce el impacto sobre abejas y el resto de entofauna. Según estudios realizados por Monceau et al. (2012), capturar una reina puede evitar la proliferación de miles de ejemplares en una temporada. Lokímica también utiliza tecnologías avanzadas de localización y métodos biológicos para garantizar la protección del ecosistema durante sus intervenciones.
Mosquito tigre: un vector de enfermedades en expansión
El mosquito tigre (Aedes albopictus), detectado por primera vez en España en 2004, es una especie invasora que ha demostrado una gran capacidad de adaptación y expansión. Originario del sudeste asiático, este insecto se ha establecido en diversas comunidades autónomas como Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, entre otras, según informes de ANECPLA y el Ministerio de Sanidad. Su capacidad para transmitir enfermedades como el dengue, el chikungunya y el zika, junto con su facilidad para reproducirse en pequeñas acumulaciones de agua, lo convierten en una de las mayores amenazas para la salud pública en el ámbito urbano.
El ciclo de vida del mosquito tigre es especialmente problemático debido a la resistencia de sus huevos a la desecación, lo que permite su propagación incluso a través del transporte de mercancías y neumáticos usados. En áreas urbanas, los criaderos incluyen platos de macetas, desagües y recipientes que acumulan agua de lluvia. Además, su alta tasa de picaduras diurnas aumenta las probabilidades de transmisión de enfermedades.
Para hacer frente a esta amenaza, Lokímica ha desarrollado un enfoque integral que incluye la monitorización de focos larvarios mediante técnicas avanzadas, la aplicación de larvicidas biológicos como Bacillus thuringiensis israelensis (Bti) y la eliminación de criaderos urbanos en colaboración con administraciones locales y ciudadanía. La empresa también lleva a cabo campañas de sensibilización que destacan la importancia de eliminar el agua estancada y reducir las condiciones propicias para la reproducción del mosquito tigre. Este enfoque, respaldado por normativas como el Real Decreto 630/2013, subraya el compromiso de la organización con la salud pública y la sostenibilidad. Lokímica gestiona esta amenaza mediante estrategias de monitorización larvaria y adulticida y el uso de larvicidas biológicos, que son eficaces y respetuosos con el medio ambiente. Además, trabaja en colaboración con ayuntamientos y comunidades para sensibilizar a la población sobre la importancia de eliminar los criaderos de agua y prevenir así su proliferación.